Ritual para que nunca más sufras por un falso amor

Si has tenido muchos sinsabores en tus relaciones de parejas es conveniente que conozcas este ritual para que nunca más sufras por un falso amor.

Pero, lo primero a saber es que el amor es la esencia de la vida.

El aliento del universo, el impulso más poderoso, sublime y perfecto del mundo.

Sus síntomas son los latidos a mil, las mariposas en el estómago y esos nervios atroces cuando él o ella nos dirige la palabra.

Asimismo, el amor nunca te haría llorar, el amor solo motiva positivismo.

No esas absurdas locuras que cometes en nombre del sentimiento vulgarmente llamado amor.

El amor de pareja es diferente en todo aspecto.

Es un amor que acepta una decisión para toda la vida.

Que se ve reflejado en su pareja y poco a poco el amor se extiende a todas las personas a su alrededor.

Por eso, es que las parejas felices dan testimonio de que el amor existe, porque lo irradian a los demás.

El amor existe para dar felicidad a los demás

Y el amor es libre cuando provoca sonrisas y se acongoja con las lágrimas ajenas.

No guarda rencores, no se rinde a la primera.

Es perseverante, bondadoso, comprensivo. el amor perdona y continúa sin sufrimiento.

Preguntará quizá aquella joven engañada tantas veces, si debe perdonar al marido infiel.

La respuesta es NO, sin compromiso no hay decisión, y sin decisión no hay vinculo por el que transcurra el amor.

No existe amor de un solo lado.

Aquello puede recibir múltiples nombres y todos más acertados que amor: obsesión.

Apasionamiento, endulzamiento, deslumbramiento, costumbre, etc., etc., etc.

Así, el amor de pareja vive para el otro, se abandona sin miedo porque sabe que la otra persona piensa igual.

Y ambos estarán siempre protegidos, cuidados y felices.

Se puede dañar al amor, somos humanos después de todo pero el amor es perfecto.

Y si se cometió un acto doloroso será indudablemente algo perdonable.

Porque no arremetería nunca contra la decisión de amarse por siempre.

Preguntan también por hechizos de amor.

El nombre es misterioso, estimulante, pero lo único que cubre es una energía positiva avivada por símbolos.

Colores, velas y otros elementos que procuran la concentración.

Y esta energía es enviada al universo, como un deseo.

Sin embargo, aquellos rituales enviados para obligar, manipular o «amarrar» a alguien, distan muchísimo del amor verdadero.

Y solo acarreará dolor y obsesiones a sus protagonistas.